Este manuscrito se consideraba perdido desde que Vicente Tobeña y Barba, autor de la primera historia de Adahuesca escrita en 1910, diera razón de su noticia y de su tan lamentable pérdida.
En la lectura de este memorial se encuentran minuciosas y abundantes referencias que testimonian importantes tradiciones de antaño, de las que algunas aún se conservan en la localidad, y de otras de las que apenas se tiene memoria, como por ejemplo: la recuperación de las reliquias de las santas Nunilo y Alodia, las obras de la fábrica de la iglesia parroquial, las cofradías de la villa, el molino, el azud, y las aleras. Cuestiones, todas ellas, muy importantes en el régimen municipal. Al final del manuscrito pueden verse las anotaciones de Morcat y Betorz sobre las entradas relativas a "Servicios hechos a sus Reyes y Señores naturales" donde habla de los sucesos acaecidos con la persecución del bandolero Lupercio de Latras "el Rodamonte aragonés" que se guareció en la Sierra de Sevil; o la entrada donde habla del "Servicio hecho en la entrada de los luteranos de Francia en este reyno por el Valle de Tena. Año 1592".
Mas el tema estrella y la razón de ser de este memorial y de la conservación de estos documentos es la que habla de la intrahistoria que acompaña al mito de la leyenda de las abuelas de Sevil. Esta leyenda que puede encontrarse en otros lugares alude, tal y como expresa Benito Moliner, a la fecundidad de la tierra personificando la cosecha en la figura de unas abuelas. La visión antropológica puede verse en la propia leyenda por la que unas abuelas, últimas moradoras de un despoblado asolado por la peste, se acercan a las poblaciones cercanas más nadie les presta auxilio, salvo una población que es la que les acoge y cuida en sus últimas días. Las abuelas en agradecimiento al morir les dejan todas sus posesiones. Será este el germen de las tradiciones que se conservan en el caso de Adahuesca y que se hacen eco de esa transmisión de propiedades a los pueblos supervivientes. Al igual, que los documentos del archivo, este memorial se hace eco también de la verdadera razón del traspaso de posesión de la Sierra de Sevil a la localidad de Adahuesca.
Este documento puede verse ahora en DARA, así como la bibliografía, la referencia al MESO, y una exposición que estudia la historia de la localidad a través del archivo.
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